¿Quién hace la ciudad?.
Publicado en “Tribuna de Salamanca”. Con Ciencia Crítica. 29/enero/2009.
Esta sencilla pregunta no tiene nada de simple. Los que se sienten ciudadanos, por uso, obligación, intereses o negocio, llevan décadas haciéndosela. Antes del advenimiento de los sistemas democráticos y la presencia de garantías jurídicas, la ciudad era de los señores, los comerciantes y quienes se atribuían el poder (cualquiera que fuera su capacidad para influir sobre los demás). Después, las libertades trasladaron el significado de ese poder para que lo detentaran otros, ya en situaciones nuevas, de una aparente igualdad fraternal. Mentira piadosa. De fraternal, nada. De igualitaria, menos.
¿Quiénes hacen en realidad cualquier proyecto de ciudad? ¿Quiénes deciden qué ser, por dónde crecer, cuánto o cómo continuar? ¿Quiénes aciertan en sus intenciones o se equivocan e hipotecan el futuro laboral? ¿Quiénes de todos estos se enriquecen o se arruinan; permanecen in aeternum en sagas o emigran?
Políticos; trabajadores de la política; gestores; asesores; conseguidores; clanes familiares sempiternos; chaquetistas; negociadores; tiralevitas; aduladores; advenedizos; cobistas; mafiosos; planificadores externos; juristas independientes o a la carta; arquitectos, arquitectos-estrella; ingenieros; consultorías nacionales «todovale»; funcionarios municipales; propietarios de suelo; promotores; constructores; comerciantes; empresarios o consorcios empresariales; industrias e industriales; partidos políticos; Bancos y Cajas de Ahorro; Universidades y Organismos privados; sindicatos y asociaciones; leyes, normas y ordenanzas…
IMAGEN AÉREA DEL CENTRO DE SALAMANCA
Todos forman la población urbana, pero el sentido último de la ciudadanía no lo encontramos reflejado allí, sino en la inmensa soledad muda de la población anónima que construye ciudad con su esfuerzo y su trabajo diarios.
